Roberto Alomar: De Puerto Rico hasta Cooperstown
Por Daniel “Mr. Clutch” Mercado Castro
No hay duda que nadie es perfecto en la vida. Que nadie esta exento de tener desaciertos en la vida, mucho menos una figura publica. Podríamos hablar de los mal de amores en la vida personal de Roberto Alomar y el penoso incidente con el arbitro John Hirschbeck; pero solo sirve para menospreciar la excelencia deportiva y la leyenda viviente que fue dentro del terreno de juego. Por tal razón, prefiero hablar de logros, aciertos, aquello que nos dejó como herencia en el béisbol y aquello de los que nos podemos sentir orgullosos como puertorriqueños. Un Roberto Alomar que desde abajo, y con mucho trabajo logró caminar bastante, hasta llegar al máximo galardón; tener su espacio propio en el pabellón de los inmortales en Cooperstown.
Robertito fue firmado por los Padres para el 1985 como agente libre y jugador que no fue seleccionado en el “draft”, graduado de la Escuela Luis Muñoz Rivera en Salinas y que decidió correr suerte en el “amateur draft” del 1985. Alomar jugó varios años en las menores ganando en el 1986 el campeonato de bateo con promedio de .346 en la California League, antes de hacer su debut oficial en las mayores el 22 de abril de 1988. En su estadía con San Diego del 1988 al 1990, Alomar, fue seleccionado para su primer All-Star Game como reserva en el 1990 y logró imponerse como un prometedor joven con grandes habilidades defensivas, rapidez y buen contacto en la ofensiva. Alomar bateó para promedio de .295 en el 1989. No podemos dejar de mencionar de la clase de familia que viene Roberto Alomar, su padre es el gran Santos Alomar y su hermano Sandy Alomar, ambos con una excelente trayectoria en las Grandes Ligas.
Roberto llega a Toronto en el 1990, junto a Joe Carter, en un mega cambio donde San Diego adquiere a Fred McGriff y Tony Fernández. Alomar no tan solo despunta como jugador y se convierte en una mega estrella, el chico ayudó a ganar dos campeonatos a Toronto (1992-1993), ganando el MVP del ALCS (serie de campeonato de la Liga Americana) en el 1992, con el famoso cuadrangular que le dio a Dennis Eckersley. Alomar perteneció a los Blue Jays desde el 1991 al 1995, participando en los Juegos de Estrellas de todas esas temporadas y ganando Guantes de Oro en cada una de las temporadas con Toronto. Alomar ganó Silver Slugger Award en el 1992 con Toronto, seleccionado Jugador de la Semana el 26 de abril de 1992 y Jugador del Mes en abril de 1992. El 4 de abril del 2008, Alomar, le fue exaltado su apellido y numero dentro del Rogers Centre en Toronto, Canadá, como nuevo miembro del Level of Excellence de los Blue Jays.
Robertito firmó como agente libre con los Orioles en el 1995, donde jugó hasta el 1998. En el 1996, Alomar, marcó números espectaculares ofensivos, logrando su mayor marca personal, hasta el momento, en cuadrangulares con 22, carreras con 132, hits con 193, dobles con 43 e impulsadas con 94. Alomar fue galardonado con un Silver Slugger en el 1996, Gold Gloves en 1996 y 1998, y participó en los Juegos de Estrellas en los tres años de su estadía en Baltimore, ganando el MVP del All-Star Game en 1998. Como dato curioso Alomar no ganó ningún premio en el 1997, año donde sucedió el famoso y negativo incidente con el arbitro John Hirschbeck. Luego de este incidente ambos se hicieron buenos amigos, y luego de las disculpas protocolares y darse la mano en medio del plato, trabajaron juntos en diferentes actividades benéficas.
El 24 de noviembre de 1998 los Indians de Cleveland le dieron un contrato de cuatro años y uno cuantos millones a Roberto Alomar, para que fuera no tan solo su segunda base regular, se uniera con Omar Vizquel para convertirse en uno de los mejores dúo de cuadro interior que haya existido, si no para que los guiará a un campeonato. Robertito no pudo lograrlo, pero convirtió la franquicia en una maquina ofensiva temible, jugó junto con su hermano Sandy y participó en las postemporadas del 1999 y 2001. Alomar llegó tercero en la votación para MVP de la Liga Americana en el 1999 y tuvo dos de sus mejores temporadas en su vida al implantar marcas personales en cuadrangulares con 24 e impulsadas con 120 en el 1999, y en el 2001 promedio .336 en la temporada. Alomar ganó de todas clase de premios durante su estadía en Cleveland como Silver Slugger en 1999 y 2000, Gold Gloves en 1999, 2000 y 2001, seleccionado para participar en los All-Star Game del 1999, 2000 y 2001, Jugador de la Semana el 1 de agosto del 1999, un Indians Gordon Cobbledick Golden Tomahawk Award en el 2001 y Cleveland BBWA Man of the Year Award en el 1999 y 2001.Su participación con los Indians fue la más productiva ofensivamente en su carrera y donde se consolidó como un posible candidato al Salón de la Fama.
Durante la temporada muerta del 2001 y antes de comenzar la temporada del 2002, Robertito es cambiado a los Mets, junto a Danny Peoples y Michael Bacsik por Alex Escobar, Matt Lawton, Jerrod Riggan, Earl Snyder y Billy Traber. No tardó mucho en afectarle la presión de jugar en Nueva York y esa terrible “macacoa” que le da a los boricuas que llegan a las Gran Manzana en el “peak” de su ilustres carreras. Alomar a pesar de bajar sus números ofensivos trato de todo para sobrellevar los “slumps” de la temporada y dar lo mejor de sí, como es usual en él, por el bien del equipo.
Alomar no tuvo suerte con los Mets y fue cambiado a los White Sox en el 2003 por Andrew Salvo, Edwin Almonte y Royce Ring donde trato de levantar un poco sus números ofensivos personales y ayudar al equipo en la defensiva. En el 2004, su ultima temporada en las mayores, Alomar participó con Arizona en la primera parte de la temporada donde perdió dos meses al romperse su mano derecha y finalizó la temporada con su regreso a los White Sox vía cambio por Brad Murray. En el 2005, Roberto, firmó un contrato de un año con Tampa Bay; pero decidió retirarse al confrontar problemas de salud en el “spring training” de esa temporada.
En resumidas cuentas, el pase de Roberto Alomar en las Grandes Ligas donde militó por 17 temporadas tuvo un saldo de 2,724 hits, 210 cuadrangulares, 1, 508 carreras anotadas, 1,134 carreras impulsadas, un promedio de .300, diez Rawlings Gold Glove, 12 participaciones en All-Star Games, cuatro Silver Slugger, un All-Star MVP, un ALCS MVP y dos anillos como parte del equipo campeón de la Serie Mundial. Sin duda alguna estos números son parte de una ilustre carrera que lo convirtió como el mejor segunda base de su época y como uno de los mejores peloteros latino de todos los tiempos. Alomar generó sobre $76 millones durante su carrera.
La aportación de Roberto Alomar a Puerto Rico tuvo como altas su participación en varias temporadas de la Liga Profesional de la Isla, siendo parte de aquel famoso “Dream Team” del 1995, el cual terminó invicto en la serie y donde fue el MVP con un promedio de .560. La Serie del Caribe del 2011 en Mayagüez fue dedicada a Roberto Alomar. Alomar es tratado en la Isla del Encanto como un ícono dentro y fuera del terreno.
Todas estas son razones suficientes para que Roberto Alomar fuera seleccionado no tan solo al Toronto Blue Jays Level of Excellence y al Salón de la Fama del Caribe en el 2011, si no que en su segundo año de elegibilidad, recibió 523 votos de un total de 581 para ser seleccionado como el tercer boricua (Roberto Clemente y Orlando “Peruchin” Cepeda) exaltado al Salón de la Fama en Cooperstown. La ceremonia de Alomar será durante el verano del 2011 y vestirá el uniforme de los Blue Jays cuando sea inmortalizado en el famoso pabellón como lo prometió.
Sin duda alguna un boricua para la historia y un jugador difícil de igualar. Felicidades por un gran legado en el terreno y que esto sirva de motivación para la nueva generación de peloteros que luchan por emular lo que esta leyenda logró en su carrera. ¡Bravo Roberto Alomar y gracias por representar a Puerto Rico, a los latinos y el legado familiar de los Alomar!
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